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Friday 12 January 2024

Fingiré que no te has ido

 

FINGIRÉ QUE NO TE HAS IDO


Cuando me levante de madrugada
buscando sacudir algún miedo
que quedó enredado entre las sábanas.


Cuando el mes de enero comience
sin tu fiesta de cumpleaños.


Cuando las promesas de año nuevo
parezcan un teatrito de barrio.


Cuando el viento azote mi casa
y la lluvia ignore tu ausencia.


Fingiré que no te has ido.


Y pondré la mesa con la urgencia
de un reencuentro sin horas
de conversaciones sin tabúes
y paseos por Belfast.


Cuando me pregunten por los días de menos.


Fingiré que no te has ido.


Fingiré que escuchas atenta
detrás de la puerta y sonríes
y disfrutas tomándome el pelo.


Venceré al olvido
su infinito atroz, vulgar despiste,
esas ávidas ganas de echar tierra encima
esa obscena necesidad
de borrón y cuenta nueva.


Dentro de mi insomnio
de cuadernos garabeteados
reclamando porqués desatendidos
venceremos, juntas, al olvido.

                       –Lola Alemany
                        (4 de enero de 2024)




Sunday 17 December 2023

EN TODAS PARTES VEO TU MANO : LA HERMOSA INDIFERENCIA QUE AGUARDA SER RECONOCIDA

¿Qué tienen en común Naira Kuzmich y Sarah Hall como escritoras? Las dos se preocupan por contar el mundo de forma enérgica, minuciosa y melódica, destacando los desconcertantes matices de la existencia. Naira tuvo que dejar de escribir a los 29 años; falleció en 2017. La tristeza de sus antepasados se quedó atrapada dentro, porque vivía en su lengua y se la tragó, como ella misma confesó en su relato On Grief: “Grief lives on the tongue, yes, but I had swallowed mine long ago”.

Naira Kuzmich vivió en Little Armenia, un barrio de Los Ángeles donde se asentaron muchos armenios escapando del genocidio que se conmemora el 24 de abril. En 1915 las autoridades otomanas dictaron una orden de deportación de la comunidad armenia que se convirtió en un auténtico holocausto con más de dos millones de muertos y finalizó en 1923. En realidad cuando esto ocurrió no existía la palabra genocidio, ya que este fue el primero de la historia. Lo denominaban Yeghern (crimen) o Aghed (catástrofe). Cuando Naira habla sobre la tristeza dice que su pluma no es una espada, sino una pala para enterrar porque el destino de su pueblo está grabado en los cuerpos de las mujeres y en la piedra negra de su piel.

La escritora armenia leía con atención a Sarah Hall, la escritora inglesa que es capaz de evocar con asombrosa precisión y elegancia paisajes que habitan entre lo natural y lo urbano, lo humano y lo animal. Los personajes de los relatos de Hall son supervivientes en los que los conflictos emocionales se pelean en el cuerpo humano que los habita. Las dos escritoras comparten una prosa de una energía envidiable, una capacidad para la descripción minuciosa que acierta de pleno y el oído musical que viene educado por la poesía.

                                                                   ***

Tres jóvenes de veintitantos que no llevaban camiseta fueron abatidos por las balas “por error”. Eran tres rehenes que portaban una bandera blanca. Uno de ellos era músico. Habían logrado escapar de Hamás pero no de la torpeza del imparable goteo de muertes de inocentes en que se convierten todas las guerras: esa hermosa indiferencia. Hermosa porque son jóvenes, niños, mujeres que tienen más de cándidos ángeles que de despreciables mortales.

En la silla del dentista me imagino cómo tiene que ser un hospital que no dispone de luz eléctrica, de agua corriente o de anestesia para las cirujías. Todo lo demás se convierte en trivial: las luces de navidad y las fiestas son más insoportables que nunca.

En un documental de cómo quedó Berlín en julio de 1945, recién acabada la guerra, aparecen los edificios destruidos, alguna gente en bicicleta, familias viviendo en casas donde falta toda la pared de un comedor que siguen utilizando casi a la intemperie. Un grupo numeroso de mujeres se dedica a recoger escombros pasándose de mano en mano pequeños cubos donde portan cascotes. No hay hombres porque o están muertos o encerrados en prisión. Las mujeres que trabajan por una mísera ración de comida al día se sorprenden con la grabación. Una de ellas mira y hace burla, riéndose del cámara o de los que miramos cómo está ahí, paseando su juventud y frescura en una situación límite de hambre, carestía y exterminio.

La vida continúa porque en todas partes está la mano de este arquitecto del universo que construyó el más preciado de los equilibrios para que viésemos cómo acababa estúpidamente roto sin poder hacer apenas nada para remediarlo.

In Everything I See Your Hand: Stories, by Naira Kuzmich, Editorial Uno Pr (2022)

The Beautiful Indifference: Stories, by Sarah Hall, Editorial Harper Perennial (2013)




Sunday 10 December 2023

Philomena y el Patronato: Memoria, justicia y reparación.

 

Philomena (2013) es una película del director británico Stephen Frears basada en hechos reales. Philomena Lee (Judy Dench) fue una adolescente irlandesa que se quedó embarazada en 1952. Su familia, avergonzada por los hechos, la abandonó. Fue acogida en un convento de Roscrea donde la obligaron a renunciar a sus derechos maternos así como a trabajar en la lavandería del lugar. Cincuenta años después, decidió contárselo a su hija, que se puso en contacto con un periodista de la BBC, Martin Sixsmith, que acababa de perder su trabajo como asesor del Partido Laborista y que escribió la historia real en el libro The Lost Child of Philomena Lee.

Stephen Frears - My beautiful launderette, 1985; The Snapper (Café Irlandés) 1993, The Queen 2006, es un director extraordinario para el que no encuentro calificativos. Quizá resaltaría de su biografía que estudió Derecho y que comenzó a trabajar en el mundo del teatro, hechos que definen su respetuosa forma de trabajar en el cine. En la película de Philomena, el tema central se convierte en "dignificar a la gente que tiene una fe tan sencilla que puede perdonarlo todo". Es más impresionante constatar este hecho que el hecho de atacar de frente, cosa que hubiera sido bien fácil. Del mismo modo, Frears es capaz de equilibrar una historia durísima con un punto de comedia, dejándonos así respirar un poco, con el peligro que tiene la comedia a la hora de poder llegar a trivializar unos hechos que fueron terribles. ¡Y de qué extraordinaria forma consigue que esto no ocurra!

La semana pasada tuve la suerte de conocer en Málaga a Pilar Iglesias Aparicio, una doctora en Filología Inglesa y militante feminista por la que sentí admiración desde el momento en el que hablé con ella por primera vez por teléfono. Quedamos para que ella conociera The Colour of Poppies y yo su libro Políticas de represión y punición de las mujeres: Las Lavanderías de la Magdalena de Irlanda y el Patronato de Protección a la Mujer de España, un extraordinario ensayo donde comienza analizando en detalle el proceso que se ha llevado a cabo en Irlanda para reparar a las miles de mujeres víctimas de las Lavanderías de la Magdalena (cuyo “modus operandi” queda retratado en la película de Frears). La idea del libro de Pilar es sentar las bases necesarias para que se lleve a cabo en España un proceso de incidencia política similar que permita reparar a las mujeres que pasaron por los centros del Patronato de Protección a la Mujer, una institución franquista que estuvo en funcionamiento entre 1941 y 1983.

Pilar me comentó que “escribió este texto durante la pandemia” y me dije ¡qué tiempo más bien invertido! Al llegar a casa descubrí revisándolo muchas cosas sobre estas y otras órdenes religiosas que llegaron incluso a teorizar sobre políticas de represión que había que aplicar a las mujeres, como las Hermanas del Buen Pastor, de origen francés, o cómo las Casas de Recogidas, que sirvieron de modelo a Las Galeras, las cárceles de mujeres en España. La ideología y la pedagogía de control y represión entre Las lavanderías de la Magdalena en Irlanda y el Patronato de la Mujer en España son bastante similares. Sin embargo, en la dirección del Patronato de la Mujer español está la Iglesia pero también, el Ejército y la Falange.

Las Lavanderias de la Magdalena han sido muy estudiadas en Irlanda y ha habido un proceso de incidencia política que ha tenido como consecuencia la petición pública de perdón por parte del Estado y la aplicación de un esquema de reparación. Eso no ha pasado en absoluto en España.

Llegadas a este punto, me descubro y agradezco a Pilar sus esfuerzos por traernos esta historia que deseamos siga el esquema “de siempre”: Memoria, Justicia y Reparación. Pilar es una feminista tan convincente que me siento orgullosa de haberla conocido y de que me regalara su compañía y una misión muy concreta: llevar en mi viaje de vuelta tres ejemplares de su libro para donarlos a la Biblioteca Pública Azorín de Alicante, para que todos aquellos que queráis leerlo podáis hacerlo tranquilamente. También hay otro ejemplar en la Biblioteca de la Dona de la Rambla de Méndez Núñez. Así que, si queréis aprender sobre este trabajo pendiente que tenemos por hacer en España, os invito a conocerlo.

Con Políticas de represión y punición de las mujeres Pilar Iglesias Aparicio obtuvo el Premio Kate O'brien del Aula María Zambrano de Estudios Transatlánticos de la Universidad de Málaga.

Fuentes:

https://www.pikaramagazine.com/2022/06/algunas-ordenes-religiosas-teorizaron-sobre-las-politicas-de-represion-que-habia-que-aplicar-a-las-mujeres/

https://educomunicacion.es/cineyeducacion/periodismo_philomena.htm

https://www.todoliteratura.es/noticia/54498/historia/la-filologa-pilar-iglesias-aparicio-gana-el-premio-kate-obrien-del-aula-maria-zambrano-de-estudios-transatlanticos-de-la-universidad-de-malaga.html






Sunday 19 November 2023

EL ENFADO GLOBAL: "THE OLD OAK" Y LA ESPERANZA

The Old Oak se estrenó en el Reino Unido el 29 de septiembre y es ahora cuando está llegando a las salas españolas. Soy ferviente admiradora del director de cine británico Ken Loach y me sobrecoge la gran humanidad de su cine social. He visto casi todas sus películas y he aprendido mucho -he crecido- con ellas. Estaba deseando poder ver esta última que puedo decir vi con absoluta reverencia desde el minuto uno. Alguien ha dicho que puede que sea su despedida; deseo profundamente que no.

El director tiene casi noventa años y sigue manteniendo el impecable estilo que siempre le ha caracterizado. Los temas que plantea en esta bella historia nos resultan muy cercanos y las reflexiones al respecto son de gran calado. Es una película sobre la esperanza, en la que necesitamos creer ahora más que nunca, y que surge de las pequeñas cosas, de las relaciones más inesperadas. Pero es una película que trata a su vez de tantísimos otros temas de actualidad como son la precariedad, el miedo al otro, la emigración o el desmantelamiento de las industrias y formas de vida de generaciones pasadas sin posibilidad de recuperación.

Sin embargo, el tema al que más vueltas le he dado después de ver la película es el de la relación entre la humillación al otro y la violencia. No sé dónde leí que existe un perverso placer en humillar al de al lado, ese que está un poco peor que nosotros. Así parece ser nos desahogamos. Luego resulta que estamos igual de mal los dos, pero yo me creo que al humillarlo soy más que él y así sobrevivo. Es algo muy humano y no por eso menos terrible. El linchamiento está a la orden del día. Una violencia intrapersonal que está subiendo como la espuma en nuestra sociedad.

Justo un día después de ir al cine, estuvimos viendo un cuadro “en movimiento”. Se trata de una pantalla enorme en la que hay permanentemente expuesto un videojuego donde muchas personas están interaccionando en un paisaje japonés. Algunas de las figuras (personitas con trajes japoneses) están hablando y algunas de ellas se ve cómo están comenzando a enfadarse. Si tocas el cuadro, se enfadan aún más, y el trozo de cuadro que ocupan desaparece bajo el fuego. El problema es que no hay forma de volver atrás y habrá un momento en el que el cuadro desaparezca totalmente. Así nos lo explicó la chica que estaba en la sala y nos dijo que, como había ido destruyéndose muy deprisa esos días, decidieron que no se tocara en una semana porque iba a durar muy poco. Es una obra de arte tal y como ha sido diseñada por un TeamLab japonés. Parece que el cuadro nos estuviera gritando que el mundo desaparecerá por todo el enfado y agresividad que hay ahora mismo sobre la tierra. Lo podéis visitar en el Centro de Arte Hortensia Herrero de Valencia (CAHH). No os lo perdáis. El centro entero es una preciosidad y esta pieza es impresionante.

Reflexionando sobre el enfado, creo que esta forma que tenemos de relacionarnos, esto de estar alterados ya “de fábrica” y reaccionando continuamente es, desde luego, errónea. Y me parece que hay un antídoto contra ello, lo que pasa que hay que trabajarlo a nivel personal mucho y solamente lo puede hacer uno mismo, nadie lo puede hacer por ti: se trata de la humildad. Todos tenemos un lado oscuro. Cuando TJ, el dueño del pub The Old Oak, se sincera, conocemos que no ha sido siempre tan bonachón, que hay cosas de sí mismo que le duelen mucho y que decidió cambiarlas. Poder conectar con esa parte que sabes defectuosa de tí mismo es lo que te hace entender de verdad a los otros. Cuando nos vestimos de arrogancia y machacamos al de abajo, entonces no hay nada que hacer. La misma vergüenza que nos da por estar comportándonos así va a hacernos seguir en la línea equivocada. El problema es cuando uno está tan mal que prefiere verlo todo destruido y encuentra satisfacción en el dolor del otro. Ese es el límite del psicópata. Y andan por ahí sueltos, de todas las edades y condición. Como lo han hecho durante toda la vida.

Tenemos poder para cambiar nuestro entorno. Desde nosotros mismos, desde la pequeña comunidad de personas que piensan como nosotros. El mundo seguirá haciendo mucho daño porque es muy fácil destruir. La esperanza está en la toma de conciencia para intentar ser mejores personas y poder seguir construyendo un mundo más amable.



Tuesday 17 October 2023

ISRAEL, LA NUEVA ROMA

Encontré un librito de Simone Weil en la biblioteca pública que me traje en préstamo a casa y me está acompañando estos días extraños en los que ha estallado otra guerra. Se titula La gravedad y la gracia, una antología de ensayos, descritos en la solapa como “textos desnudos y carentes de ardides”, que la autora, bastante desconocida y sin embargo una de las mayores pensadoras del amor y la desgracia del siglo XX, iba anotando en sus Cahiers y que fueron publicados póstumamente en 1949.

Simone falleció a los treinta y cuatro años el 24 de agosto de 1943. Nacida en París, de origen judío, ejerció como profesora de filosofía. No militó en partido político alguno. Su pensamiento gira en torno a la miseria humana, la compasión, la desgracia y la fuerza / la gravedad y la gracia, como dos factores inseparables en el devenir humano (toda desgracia del hombre no es sino el efecto del despliegue de una fuerza). Nunca abandonó el compromiso político con la izquierda, los movimientos pacifistas, las organizaciones obreras y la lucha por los derechos humanos. “Cada etapa de la historia humana – decía la filósofa – ha asistido a la dominación de los que saben manejar las palabras sobre los que saben manejar las cosas”.

No tengo costumbre de leer textos filosóficos. Sin embargo, he de decir que este libro, publicado en España en 1994, me ha hecho pensar y repensar lo que no está escrito. Deberíamos leer mucha filosofía. Deberíamos intentar entender a Simone Weil porque su pensamiento es muy contemporáneo. Y no voy a hablar de las reflexiones que hace del mal, el desapego, aceptar el vacío, la desgracia, la violencia, lo imposible, el azar, el ateísmo purificador... He decidido transcribir partes del texto breve que tiene por título ISRAEL porque me han impresionado por su tremenda cercanía. Les sigo dando vueltas.

“La cristiandad se volvió totalitaria, conquistadora, exterminadora... concibió la Providencia a la manera del Antiguo Testamento. Sólo Israel podía resistir a Roma porque era el único que se le parecía, de modo que el naciente cristianismo llevaba la mácula romana ya antes de ser la religión oficial del Imperio.

Dios hizo algunas promesas puramente temporales a Moisés y a Josué en una época en que Egipto se había encaminado hacia la salvación eterna del alma. Con su rechazo de la revelación egipcia, los hebreos tuvieron el Dios que se merecían: un Dios carnal y colectivo que hasta el exilio no le habló al alma de nadie (a no ser tal vez en los Salmos)... De todos los personajes del Antiguo Testamento, sólo Abel, Enoc, Noé, Melquisedec, Job y Daniel son puros. No es de extrañar que un pueblo de esclavos fugitivos, conquistadores de una tierra paradisíaca, acondicionada por laboriosas colonizaciones en las que no habían participado en absoluto, y a las que destruyeron mediante matanzas... No es de extrañar que haya tanto daño en una civilización – la nuestra – viciada en su base y hasta en su inspiración por esa tremenda mentira. La maldición de Israel pesa sobre la cristiandad. Las atrocidades, la Inquisición, las exterminaciones de herejes y de infieles, eran Israel. El capitalismo era Israel ( y lo sigue siendo en cierta medida...) El totalitarismo es Israel, y especialmente lo es en el caso de sus peores enemigos.

No puede haber contacto personal entre el hombre y Dios si no es a través de la persona del Mediador. Fuera del Mediador, la presencia de Dios en el hombre no puede ser sino colectiva, nacional. Israel escogió al Dios nacional al tiempo que rechazaba al Mediador; puede que en ocasiones tendiera hacia el verdadero monoteísmo, pero siempre volvía a caer, y no podía evitarlo, en el Dios tribal.

Israel puedo resistírsele a Roma porque su Dios, aunque inmaterial, era un soberano temporal que se hallaba a la altura del Emperador, y gracias a eso pudo nacer el cristianismo.

Los judíos, ese puñado de desarraigados, provocaron el desarraigo de todo el globo terráqueo. Su papel en el cristianismo ha hecho de la cristiandad algo desarraigado en relación con su propio pasado. La tentativa de reimplantación en el Renacimiento fracasó porque tenía una orientación anticristiana. La tendencia de las Luces de 1789, del laicismo, etc., aumentaron enormemente el desarraigo mediante la mentira del progreso. Y la Europa desarraigada desarraigó al resto del mundo mediante la conquista colonial. El capitalismo y el totalitarismo forman parte de este proceso de avance en el desarraigo. Antes que ellos, Asiria en Oriente y Roma en Occidente ya habían desarraigado por la espada.

El cristianismo primitivo fabricó el veneno de la noción de progreso con la idea de la pedagogía divina que forma a los hombre con el fin de hacerlos aptos para recibir el mensaje de Cristo. Esto concordaba con la esperanza de la conversión universal de las naciones y del fin del mundo como fenómenos inminentes. Pero como ninguno de los dos se produjo, diecisiete siglos después de la prolongación de dicha noción de progreso, rebasó el momento de la Revelación cristiana. Y desde entonces iba a volverse contra el cristianismo. El resto de los venenos integrados en la verdad del cristianismo son de origen judío. Este en concreto es específicamente cristiano.

La metáfora de la pedagogía divina disuelve el destino individual, que sólo cuenta para la salvación, dentro del destino de los pueblos.

El cristianismo pretendió hallar una armonía en la historia. Ese es el germen de Hegel y de Marx. La noción de historia como continuidad dirigida es cristiana.

Creo que existen pocas ideas más completamente fallidas que esa. Buscar la armonía en el devenir, en lo que es contrario a la eternidad. Mala unión de contrarios.

El humanismo y lo que del mismo se desprende no es un regreso a la antigüedad, sino un desarrollo de venenos anteriores al cristianismo.

El amor sobrenatural sí es libre. Cuando se le quiere forzar, se le acaba sustituyendo por un amor natural. Pero, a la inversa, la libertad sin amor sobrenatural, como la de 1789, es una libertad completamente vacía, una mera abstracción, sin posibilidad ninguna de ser real alguna vez.”

Simone Weil, con su visión descarnada del judaísmo (“He endurecido su corazón para que no entiendan mi palabra”, Isaías 6, 9-10) y su apuesta por ese amor sobrenatural que sigue presente en sus ensayos, hoy estaría de pie, vistiendo el mono azul de miliciana junto a la Columna Durruti, protegiendo en su marcha a un grupo de niños y niñas judíos y palestinos.

*Simone Weil se alistó en la Columna Durruti y cruzó el Ebro con sus compañeros en agosto de 1936




Sunday 27 August 2023

ON THE ROAD WITH BLABLACAR

Cuando eres capaz de hacer kilómetros por amor, nada está perdido.

Hay jóvenes que lo hacen, e intentan así conciliar trabajos, tiempo libre y gastos. Entonces hacen uso de la plataforma para compensar este disparatado dispendio originado por Cupido.

Mientras tanto, el espacio del interior de un coche se presta a conversaciones que en nuestra sociedad no se producen habitualmente de forma natural como ocurría antaño. Porque existen los móviles y cada vez somos más “a la nuestra”. Si tú vas en un tren o en un autobús posiblemente no hablarás con la persona que está a tu lado. Y si van cuatro alrededor de una mesa en el mismo tren, menos aún. Sin embargo, dentro de un coche es fácil que se establezca un intercambio que es muy posible te resulte sorprendente y enriquecedor. Aunque no tengas gran cosa que aportar sobre las conversaciones, seguramente se te ocurre algo, o sencillamente, escuches.

El psicomago chileno Alejandro Jodorowsky, a quien tuve el placer de conocer en 2017 en un taller social colectivo en el teatro principal de Alicante, consiguió poner a todo el mundo en pie para llevar a cabo un ejercicio que me pareció revelador: Resume tu vida en cinco minutos y cuéntasela a la persona que tienes sentada a tu derecha, después resume tu vida en tres minutos y se la cuentas a la persona que está sentada a tu izquierda. Finalmente, resume tu vida en un minuto y se la cuentas a la persona que tienes sentada detrás. Os podéis imaginar el revuelo que se armó con aquellas tareas. Lo más interesante era la narrativa que contabas de tu propia vida, ¿qué era lo importante, qué no lo era, se puede contar todo lo que te ha acontecido en toda una vida en un minuto? Todavía recuerdo aquello con sorpresa porque nunca me había enfrentado a algo semejante.

Y así, en verano especialmente, no hay nada como compartir un habitáculo de coche ajeno con varias personas que te hablan sobre sus vidas sucintamente, comprimiendo sus ilusiones, escuchando en voz alta sus expectativas, orgullosos de sus trayectos. A veces es bueno que sea difícil la conexión por tren o carretera porque así te ves obligada a esta experiencia que hace que los viajes sigan siendo, como en los mejores libros de aventuras, encuentros inolvidables.

Soy muy fan de algunas Apps, y de esta ya, ¡ni te cuento!



Monday 14 August 2023

CUANDO DECIDES NO IR A LA FIESTA

Estuvimos el miércoles pasado en el cine viendo Oppenheimer (Christopher Nolan, 2023). He decidido dedicarle la reseña de la película a la científica Lise Meitner, la “madre de la bomba atómica” ya que Hollywood se olvidó de ella al hablar del “padre de la bomba atómica”. Me parece que este olvido es la excusa perfecta para conocerla mejor.

La peli está muy bien. El director de Interstellar (2014) o de Dunkerque (2017) se esmera en la factura impecable de productos visualmente extraordinarios, con un preciosismo elaborado y amor por el detalle como solamente saben hacerlo los ingleses. La película, aun siendo muy larga, es ágil. A pesar de las explosiones y en plena ola de calor ¡pasé frío en la sala de cine!, disfruté de la interpretación del actor irlandés Cillian Murphy (Peaky Blinders) que resulta muy convincente en el personaje del físico teórico estadounidense Robert Oppenheimer.

Uno de los personajes que más me llamó la atención fue el de Kitty Oppenheimer: bióloga y botánica estadounidense de origen alemán que es interpretada por Emily Blunt. Katherine (Kitty, de soltera Puening) se enroló junto a su entonces marido Joe Dallet en el batallón Mackenzie-Papineau de voluntarios estadounidenses y canadienses de las Brigadas Internacionales. Se quedó viuda muy pronto. El gobierno McCarthy no olvidó fácilmente su pertenencia al partido comunista norteamericano. Me gustó mucho oir hablar de "marchar a España para ayudar a la República".

Llama la atención la relación que hay entre Robert y ella porque se apoyan a pesar de sus muchas diferencias, aunque en tres horas es difícil entender la naturaleza de una relación tan compleja cuando tampoco es ese el tema que trata la película.

¿Por qué prefiero hablar de Lise Meitner? Porque fue ella la científica que descubrió la fisión nuclear. Pero hay algo más: Robert Oppenheimer fue el padre “arrepentido” de la bomba atómica mientras que Lise Meitner rehusó participar en el proyecto Manhattan por ser objetora convencida desde el primer momento. Creo que merece la pena deternernos a pensar en la integridad de esta investigadora a la que se denegó injustamente un Premio Nobel de Física y Química tras ser nominada más de 48 veces. Otto Hahn, el físico con el que colaboró durante más de treinta años, sí que lo recibió. Y no ahondo en las razones.

Esta película hubiese sido una ocasión para visibilizar a Meitner, su pasión y dedicación como investigadora en el contexto de la gran participación femenina en el Proyecto Manhattan que también se ignora. De todas formas, no necesitaba muchos halagos para seguir siendo ella misma. Era feliz investigando y también en su puesto de profesora en Berlín, por eso he elegido una imagen de 1957 junto a unas alumnas para ilustrar este post. Hubiese estado bien reconocerle su lugar en su época (y ahora, también). En 1997 el elemento 109 de la tabla periódica fue nombrado como ella: meitneiro (Mt).

Lise Meitner fue una mujer que, como dice su epitafio, nunca perdió su humanidad. Muy inteligente no solo para la ciencia: consciente de cosas que no eran en absoluto justas, siguió en su lugar impertérrita. Admirable.



Fingiré que no te has ido

  FINGIRÉ QUE NO TE HAS IDO Cuando me levante de madrugada buscando sacudir algún miedo que quedó enredado entre las sábanas. Cuando el...