Estuvimos el miércoles pasado en el cine viendo Oppenheimer (Christopher Nolan, 2023). He decidido dedicarle la reseña de la película a la científica Lise Meitner, la “madre de la bomba atómica” ya que Hollywood se olvidó de ella al hablar del “padre de la bomba atómica”. Me parece que este olvido es la excusa perfecta para conocerla mejor.
La peli está muy bien. El director de Interstellar (2014) o de Dunkerque (2017) se esmera en la factura impecable de productos visualmente extraordinarios, con un preciosismo elaborado y amor por el detalle como solamente saben hacerlo los ingleses. La película, aun siendo muy larga, es ágil. A pesar de las explosiones y en plena ola de calor ¡pasé frío en la sala de cine!, disfruté de la interpretación del actor irlandés Cillian Murphy (Peaky Blinders) que resulta muy convincente en el personaje del físico teórico estadounidense Robert Oppenheimer.
Uno de los personajes que más me llamó la atención fue el de Kitty Oppenheimer: bióloga y botánica estadounidense de origen alemán que es interpretada por Emily Blunt. Katherine (Kitty, de soltera Puening) se enroló junto a su entonces marido Joe Dallet en el batallón Mackenzie-Papineau de voluntarios estadounidenses y canadienses de las Brigadas Internacionales. Se quedó viuda muy pronto. El gobierno McCarthy no olvidó fácilmente su pertenencia al partido comunista norteamericano. Me gustó mucho oir hablar de "marchar a España para ayudar a la República".
Llama la atención la relación que hay entre Robert y ella porque se apoyan a pesar de sus muchas diferencias, aunque en tres horas es difícil entender la naturaleza de una relación tan compleja cuando tampoco es ese el tema que trata la película.
¿Por qué prefiero hablar de Lise Meitner? Porque fue ella la científica que descubrió la fisión nuclear. Pero hay algo más: Robert Oppenheimer fue el padre “arrepentido” de la bomba atómica mientras que Lise Meitner rehusó participar en el proyecto Manhattan por ser objetora convencida desde el primer momento. Creo que merece la pena deternernos a pensar en la integridad de esta investigadora a la que se denegó injustamente un Premio Nobel de Física y Química tras ser nominada más de 48 veces. Otto Hahn, el físico con el que colaboró durante más de treinta años, sí que lo recibió. Y no ahondo en las razones.
Esta película hubiese sido una ocasión para visibilizar a Meitner, su pasión y dedicación como investigadora en el contexto de la gran participación femenina en el Proyecto Manhattan que también se ignora. De todas formas, no necesitaba muchos halagos para seguir siendo ella misma. Era feliz investigando y también en su puesto de profesora en Berlín, por eso he elegido una imagen de 1957 junto a unas alumnas para ilustrar este post. Hubiese estado bien reconocerle su lugar en su época (y ahora, también). En 1997 el elemento 109 de la tabla periódica fue nombrado como ella: meitneiro (Mt).
Lise Meitner fue una mujer que, como dice su epitafio, nunca perdió su humanidad. Muy inteligente no solo para la ciencia: consciente de cosas que no eran en absoluto justas, siguió en su lugar impertérrita. Admirable.
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