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Sunday 24 April 2022

MANUAL DE SUPERVIVENCIA

Hay dos aprendizajes que te pueden salvar la vida y que tenemos muy dejados de lado: los primeros auxilios y nociones básicas sobre gestión emocional.

Esta semana, la mujer de un forense ha fallecido atragantada por culpa de un trozo de zanahoria en un restaurante de Marbella. Los primeros auxilios son algo muy físico: se ve y se puede actuar de alguna forma. Hay que saber cómo y haberlo practicado. Deberíamos procurarnos formación en ese terreno porque se pueden salvar vidas, nos contaba ayer la profe Bego. Ella misma, siendo muy joven, le hizo la maniobra de Heimlich a un chico que estuvo a punto de ahogarse en un banquete de boda. «Estaba totalmente azul. Como era un hombre grande, cogí carrerilla para comprimirle con fuerza la región abdominal y ayudarle así a expulsar lo que obstruía su aparato respiratorio». Le salvó la vida.

En cuanto a la gestión emocional, deberíamos hacer lo mismo: aprender y luego ayudar a mejorar nuestras vidas. Aunque no es algo que percibamos de esa forma tan urgente, vamos muy despistados. Ojalá la gestión de las emociones fuese algo sencillo. De todas las cosas que nos ocurren en nuestra vida, la más importante se centra en cómo nos van las relaciones interpersonales. Si sabemos o no expresar nuestras necesidades y entender las que tienen los otros, si sabemos o no dejar espacio, ayudar, pedir y recibir ayuda. Bego nos contó también un cuento que te hace pensar un buen rato: una mujer tuvo siete hijos y se dedicó toda la vida a decirle al mayor que no tenía que haber tenido el séptimo. Cuando su hijo mayor fue a casarse ¿cuántos hijos crees que tuvo? Seguramente pensarás que seis o ninguno. Pues no: tuvo siete. Para poder decirle durante toda la vida al mayor que no tenía que haber nacido el séptimo. Es devastador comprobar cómo se repiten los patrones y roles disfuncionales dentro de un grupo de personas a lo largo de generaciones. Salirse de forma consciente del rol con el que funcionas como “tu verdad”, que te ha sido asignado de forma inconsciente, cuestionarlo, ya es toda una hazaña, aunque no lo consigas del todo.

Leo un artículo sobre los patrones de la violencia de género, que son perfectamente extrapolables a las relaciones interpersonales, a las relaciones laborales, o a la interacción en redes sociales. Existe todo un catálogo que es el de siempre: insultar, despreciar, humillar, ignorar, desvalorizar, chantajear o culpar. No es suficiente con decir que son tóxicas, hay que familiarizarse con todas y cada una de ellas para saber identificarlas. Además, hay una serie de reacciones a estas agresiones invisibles como son el aumento del cortisol, alteraciones cardiovasculares y respiratorias, molestias digestivas, agotamiento, contracturas, dolores musculares, caída del pelo, inflamación, que resultan de la somatización de estas situaciones de violencia.

Los psicólogos recomiendan comenzar sintiendo las emociones desde el plano físico. Después, el simple hecho de aprender a detectarlas va a servir para que seamos conscientes y podamos hacerlas conscientes y tratarlas. Hablamos de lo que llaman lovebombing: mucho bombo amoroso inicial exagerado, y de pronto, conflicto terrible, ya no te quiero. Gaslighting, hacerte dudar de tu percepción, anularte, desorientarte negando hechos demostrables. Ley del hielo, castigo del silencio, ignorar al otro como forma de mostrar enfado o castigo. Control coercitivo, amenaza, chantaje emocional. Todos esas pautas se pueden identificar. Y lo que es más importante: el refuerzo intermitente, que ocurran de forma intermitente hace que se genere más adicción y dependencia emocional. Ahora te trato bien y ahora te ignoro.

Durante la guerra civil, Albacete fue bombardeado repetidas veces. Los aviones venían desde Tablada, Sevilla. Pues bien, siempre, antes de entrar a Albacete, dejaban caer bombas en cuatro o cinco lugares cercanos como Barrax o el Bonillo. La estrategia de la guerra sabe muy bien cómo se comporta el ser humano ante la violencia y cómo conseguir que no oponga resistencia. Los bombardeos solamente trataban de minar la moral de los ciudadanos. Eran puros actos de terrorismo. Cualquiera, en cualquier sitio, puede ser víctima. Por eso tenemos que intentar deshacernos del síndrome de culpa del superviviente. “A veces preferimos culparnos a nosotros mismos o nos obsesionamos con las cosas por las que nos sentimos culpables para no aceptar que el mundo es un lugar impredecible y caótico, más allá de nuestro control.” Cuanto más sepamos sobre las emociones, mejor preparados estaremos para darles cauce y hacerles frente.



Sunday 17 April 2022

¡NO TE CREAS TODO LO QUE TE CUENTAN!

Tenía claro que quería hablar de lo que está ocurriendo con el confinamiento en Shanghai, pero no tengo palabras ahora mismo para hacerlo. Necesito tomar nota mental para acordarme en el futuro próximo. Me inquieta pensar que cuando estaba el virus en Wuhan lo veíamos como algo lejaaaano ¡y fíjate la que se lió!. Ahora todos estamos de vacaciones de semana santa. El virus solamente existe en Shanghai. Sentimos Schaudenfraude, algo así como alegría (Freude) por el daño (Schaden) ajeno. Es más bien alivio por el mal ajeno. Parece ser que en ese sentimiento se produce dopamina, el neurotransmisor que se encarga del placer. Total, Wuhan estaba a casi diez mil kilómetros, casi tanto como Shanghai. ¿Por qué pensar ahora en eso? Es mucha presión.

    Anoche acabé de ver una miniserie británica Anne: One Mother's Story (2022) protagonizada por la actriz Maxine Peake, que lleva a cabo una maravillosa interpretación. Anne Williams, un ama de casa de Formby, Liverpool, rehusó la versión oficial de los acontecimientos en el incidente del estadio de Hillsborough (Sheffield) el 15 de abril de 1989 en el que su hijo Kevin, de quince años, perdió la vida junto a otras 96 personas que sencillamente habían ido a ver un partido de fútbol. Es prodigioso cómo esta mujer cuestionó desde el principio la versión oficial de los hechos sin ser consciente de en qué medida, visibilizando su dolor, estaba ayudando al resto de familiares a confrontar el suyo, consiguiendo además que el caso se volviese a abrir y reabrir hasta que se ha ido sabiendo lo que realmente ocurrió.

    Lo peor en torno a la tragedia de Hillsborough fue la manipulación. Se responsabilizó a los hinchas por su conducta cuando las investigaciones al respecto determinaron claramente que los auténticos responsables fueron los organizadores y los encargados de seguridad. Me viene a la cabeza el accidente de Valencia (3 de julio de 2006), 43 fallecidos, o el descarrilamiento del tren de Santiago de Compostela (24 julio de 2013) en una curva, con 80 fallecidos. En ningún momento se han depurado responsabilidades. En enero de 2020 cuatro exdirectivos de la empresa Ferrocarrils de la Generalitat valenciana aceptaron su responsabilidad en la tragedia. Tras casi ocho años, miles de folios de investigación y cientos de pruebas, parece que se ha cerrado la instrucción del accidente de Santiago de Compostela en el tramo de la curva de Angrois, señalando a dos personas como posibles responsables del suceso.

    La verdad está, por mucho que quieran desviarnos la atención, en alguna parte. A veces, hay que sacudirla para que salga a la luz, y no es fácil. Sobre todo cuando hay intereses de por medio. ¡Tantas estrategias para hacer desfallecer a la gente normal y corriente!

    No quepo en mí de felicidad porque por fin la mascarilla dejará de ser obligatoria. ¡Y no me acabo de fiar ni un pelo! Tengo muy cerca el recuerdo de la navidad, de la tercera dosis, de las secuelas que he visto de la vacuna en gente cercana, del estado de terror generalizado con las fiestas navideñas en las que preferíamos no vernos a arriesgarnos, cumpliendo siempre con nuestra obligación de ciudadanxs. Ahora, como el virus no existe, cuando escucho a los pseudo expertos decir que “quizá es prematuro...” me quedo a cuadros. Creo que no debo creerme todo lo que me cuentan.




Sunday 10 April 2022

LA MORDIDA DE LA PRIMAVERA

Acabar el domingo de Ramos hablando de pornografía femenina seguro que no es una buena idea. Así que lo intentaré hacer con la mayor elegancia posible.

Todo comenzó un lunes lluvioso en que decidí coger el transporte público para desplazarme al trabajo. No suelo estar pendiente de lo que hace la gente a mi alrededor. Al contrario, me encanta viajar de pie apoyada en la barandilla del rellano habilitado para las sillas de ruedas. Y mirar por los ventanales hacia la calle. Podría estar así muchas horas.

Ese lunes observaba que en el autobús de línea todo el mundo estaba atento a los móviles. «Siempre puedes aprovechar para ver una serie – pensaba yo- como la chica que está sentada» .Sin que me resultara difícil, pude ver la pantalla de su teléfono por encima del hombro. En la imagen de la pantalla, un evento en un jardín al aire libre mientras se descorcha una botella de champán. La escena parecía rodada con un dron; desde lo alto, el champán alcanzando las nubes. «Será una serie de época», pensé. Seguidamente, una imagen de bombero muy cachas con un extintor de incendios,.«Será el 11M» pensé, extrañándome el súbito cambio de escena desde el dron, celebrando con el champán descorchado, hacia un incendio. Y ya la siguiente escena, dos en la cama. Jo, con qué rapidez cambia esta serie de escenas. Y los dos, muy desnudos, saltando de forma arrebatada en la cama. A ver, a ver, esto está durando más de lo normal. No puede ser. Son las ocho y veinte de la mañana. Es un lunes. Qué ganas, sí, qué ganas de ver porno en el autobús urbano. Y emito una carcajada que resuena dentro de mi cabeza. ¡La verdad es que no me lo esperaba!

Qué difícil resulta hablar de la muerte de la actriz porno Raven Alexis a los 35. La causa: la enfermedad de Crohn, una reacción autoinmune del propio organismo. Consiste en la inflamación del tracto digestivo. Era una chica muy bonita. Y superdotada. Una geek, una friki de la informática. Fanática de los videojuegos, sobre todo del World of Warcraft. Seguidora de Star Trek, también se dedicaba al ensamble y modding de ordenadores, que es algo así como modificar (viene de modify) estética o funcionalmente las partes de un ordenador. Sí, me resulta difícil entender que quisiera ser actriz de cine porno y entonces me digo que soy una mojigata, que sea lo que le de la gana. Y pienso en Hedy Lamarr y en la biografía de su vida Ectasy and me, que con ese título parece una apología del MDMA o éxtasis. Los misterios del orgasmo femenino. ¿Por qué una belleza de mujer superdotada con un pedazo de carrera decide hacer películas de medio pelo o dedicarse a un mundo tan cutre como el cine porno? ¿Y por qué me afecta a mí que lo hagan?. Porque al final, por muy superdotadas que sean, no son listas, que no, muy listas no son, creo yo. Parecen querer ser lo que la misma Hedy criticaba del trato que le daba su propio marido, al que dejó tirado después de haberle robado todas las joyas: muñecas, cosas, sin vida propia. Y eso, en cierto modo, siendo mujer, me cabrea.

 I was like a doll. I was like a thing, some object of art which had to be guarded—and imprisoned—having no mind, no life of its own [fuente: Rhodes, Richard. Hedy's Folly (New York: Doubleday, 2011): 28-29]

En 1926 el psicólogo Lewis Termin decidió estudiar a un grupo de niños superdotados, muchos con más de 170 de CI, que fueron conocidos como los Termitas. No, no son los más felices. Tampoco son capaces de tomar decisiones sabias porque por lo general tienden a tener un "punto ciego de la parcialidad", que no, que no son los más listos. Ni ellos, ni ellas.

Al final, me quedo con el éxtasis de poder ver a Sweet Emma Barret tocando el piano y cantando en una tarde de domingo de Ramos. ¡Es maravillosa! Esto debe de ser algo parecido a la mordida erótica de la primavera.



Sunday 3 April 2022

NADA TE TURBE

                                                                 

                       VIII

                  NADA TE TURBE

Pensar la muerte me hace vivir más despacio, no querer apurar la vida de un atracón, ¡qué desperdicio!. Ponerle un sentido a cada gesto, entender por qué siento lo que siento, intentar comprender al resto si es que me dejan un hueco. Pretender atornillar el destino es como dejar abierto el grifo toda la noche ¡un despilfarro! Agarrarse al presente sin haber pensado el pasado, ¡otro derroche! Por eso no cortar las flores como si no hubiese más allá, dejarlas florecer. Posar el pensamiento como pluma ligera sobre una dalia con la nostalgia de la antigua inocencia. Adelantarse desde la calma al viento de los días. Dejar entrar la luz en los espacios estrechos. Amar. No dejar de amar.

                                                                                                                            -Lola Alemany 





Fingiré que no te has ido

  FINGIRÉ QUE NO TE HAS IDO Cuando me levante de madrugada buscando sacudir algún miedo que quedó enredado entre las sábanas. Cuando el...