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Sunday 19 November 2023

EL ENFADO GLOBAL: "THE OLD OAK" Y LA ESPERANZA

The Old Oak se estrenó en el Reino Unido el 29 de septiembre y es ahora cuando está llegando a las salas españolas. Soy ferviente admiradora del director de cine británico Ken Loach y me sobrecoge la gran humanidad de su cine social. He visto casi todas sus películas y he aprendido mucho -he crecido- con ellas. Estaba deseando poder ver esta última que puedo decir vi con absoluta reverencia desde el minuto uno. Alguien ha dicho que puede que sea su despedida; deseo profundamente que no.

El director tiene casi noventa años y sigue manteniendo el impecable estilo que siempre le ha caracterizado. Los temas que plantea en esta bella historia nos resultan muy cercanos y las reflexiones al respecto son de gran calado. Es una película sobre la esperanza, en la que necesitamos creer ahora más que nunca, y que surge de las pequeñas cosas, de las relaciones más inesperadas. Pero es una película que trata a su vez de tantísimos otros temas de actualidad como son la precariedad, el miedo al otro, la emigración o el desmantelamiento de las industrias y formas de vida de generaciones pasadas sin posibilidad de recuperación.

Sin embargo, el tema al que más vueltas le he dado después de ver la película es el de la relación entre la humillación al otro y la violencia. No sé dónde leí que existe un perverso placer en humillar al de al lado, ese que está un poco peor que nosotros. Así parece ser nos desahogamos. Luego resulta que estamos igual de mal los dos, pero yo me creo que al humillarlo soy más que él y así sobrevivo. Es algo muy humano y no por eso menos terrible. El linchamiento está a la orden del día. Una violencia intrapersonal que está subiendo como la espuma en nuestra sociedad.

Justo un día después de ir al cine, estuvimos viendo un cuadro “en movimiento”. Se trata de una pantalla enorme en la que hay permanentemente expuesto un videojuego donde muchas personas están interaccionando en un paisaje japonés. Algunas de las figuras (personitas con trajes japoneses) están hablando y algunas de ellas se ve cómo están comenzando a enfadarse. Si tocas el cuadro, se enfadan aún más, y el trozo de cuadro que ocupan desaparece bajo el fuego. El problema es que no hay forma de volver atrás y habrá un momento en el que el cuadro desaparezca totalmente. Así nos lo explicó la chica que estaba en la sala y nos dijo que, como había ido destruyéndose muy deprisa esos días, decidieron que no se tocara en una semana porque iba a durar muy poco. Es una obra de arte tal y como ha sido diseñada por un TeamLab japonés. Parece que el cuadro nos estuviera gritando que el mundo desaparecerá por todo el enfado y agresividad que hay ahora mismo sobre la tierra. Lo podéis visitar en el Centro de Arte Hortensia Herrero de Valencia (CAHH). No os lo perdáis. El centro entero es una preciosidad y esta pieza es impresionante.

Reflexionando sobre el enfado, creo que esta forma que tenemos de relacionarnos, esto de estar alterados ya “de fábrica” y reaccionando continuamente es, desde luego, errónea. Y me parece que hay un antídoto contra ello, lo que pasa que hay que trabajarlo a nivel personal mucho y solamente lo puede hacer uno mismo, nadie lo puede hacer por ti: se trata de la humildad. Todos tenemos un lado oscuro. Cuando TJ, el dueño del pub The Old Oak, se sincera, conocemos que no ha sido siempre tan bonachón, que hay cosas de sí mismo que le duelen mucho y que decidió cambiarlas. Poder conectar con esa parte que sabes defectuosa de tí mismo es lo que te hace entender de verdad a los otros. Cuando nos vestimos de arrogancia y machacamos al de abajo, entonces no hay nada que hacer. La misma vergüenza que nos da por estar comportándonos así va a hacernos seguir en la línea equivocada. El problema es cuando uno está tan mal que prefiere verlo todo destruido y encuentra satisfacción en el dolor del otro. Ese es el límite del psicópata. Y andan por ahí sueltos, de todas las edades y condición. Como lo han hecho durante toda la vida.

Tenemos poder para cambiar nuestro entorno. Desde nosotros mismos, desde la pequeña comunidad de personas que piensan como nosotros. El mundo seguirá haciendo mucho daño porque es muy fácil destruir. La esperanza está en la toma de conciencia para intentar ser mejores personas y poder seguir construyendo un mundo más amable.



Fingiré que no te has ido

  FINGIRÉ QUE NO TE HAS IDO Cuando me levante de madrugada buscando sacudir algún miedo que quedó enredado entre las sábanas. Cuando el...