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Saturday 17 April 2021

Tessa Hadley: el crepúsculo de los egos

 

La novela Late in the Day (2019) de Tessa Hadley se publicó en España con el título Lo que queda de luz.(2020) Como las traducciones de esas películas en las que el título en castellano no se corresponde y nos preguntamos por qué, nos imaginamos que al final se optó por ese otro título que no se parece en nada al original y que parece que se recuerda mejor. El verdadero sentido de la expresión "late in the day" sería algo así como que ya es demasiado tarde para hacer algo, de que se ha esperado demasiado y no va a dar tiempo a hacer las cosas. Con este significado se entiende muchísimo mejor el baile de esas  dos parejas que han vivido juntos muchas cosas sin solucionar y que lo que va a ocurrir en adelante no les va a servir para arreglar el pasado.

Son cuatro los principales personajes, Alex, Christine, Lydia y Zach. La novela comienza precisamente con la noticia de la inesperada muerte de Zachary (Zach) y todo lo que sabremos de él nos llega por testimonio del resto de los personajes. Esa muerte repentina hace cuestionarse a los demás el sentido de muchos acontecimientos del pasado.

    -- Of course it's true.The shittiest thing is always true.

Lo peor que pueda uno pensar siempre va a ser verdad. A partir de ahí, siempre hay algo que sospechamos que va a ser vergonzoso que se nos oculta y que descubrimos que está en todos, algo que se podría definir como una terrible incapacidad de esas personas en sus vidas, en sus relaciones de pareja, en su lucha con la creación artística, en las relaciones con los hijos.

Zachary consiguió hacer realidad un sueño, convertir una antigua capilla en galería de arte – the Garret's Lane Gallery, un edificio que se yergue como un referente del pasado que está allí, a punto de marcharse. La escritora Tessa Hadley conoce muy bien ese mundo de intelectuales ingleses que describe. Nació en Bristol, muy cerca de Bath Spa University. El peso de Jane Austen está presente en la precisión del limpio estilo de Hadley, sus cuidadas descripciones y la caracterización de los personajes.

Intelectualmente son mentes abiertas pero resultan mordidos, por los celos y la infidelidad ellos, y por la territorialidad y las antiguas rencillas ellas. Nadie se salva en este juego de egos que van descubriéndose en el crepúsculo de sus vidas. La galería de arte parece ser un personaje más en este entramado afectivo de crecimiento personal por el que transitar en una novela magníficamente construida escrita en un inglés sencillo y sumamente culto. 

Un dulce especial que encuentras en una preciosa pastelería de Bath y que paladeas con glotonería hasta el final.

Fingiré que no te has ido

  FINGIRÉ QUE NO TE HAS IDO Cuando me levante de madrugada buscando sacudir algún miedo que quedó enredado entre las sábanas. Cuando el...