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Sunday 27 August 2023

ON THE ROAD WITH BLABLACAR

Cuando eres capaz de hacer kilómetros por amor, nada está perdido.

Hay jóvenes que lo hacen, e intentan así conciliar trabajos, tiempo libre y gastos. Entonces hacen uso de la plataforma para compensar este disparatado dispendio originado por Cupido.

Mientras tanto, el espacio del interior de un coche se presta a conversaciones que en nuestra sociedad no se producen habitualmente de forma natural como ocurría antaño. Porque existen los móviles y cada vez somos más “a la nuestra”. Si tú vas en un tren o en un autobús posiblemente no hablarás con la persona que está a tu lado. Y si van cuatro alrededor de una mesa en el mismo tren, menos aún. Sin embargo, dentro de un coche es fácil que se establezca un intercambio que es muy posible te resulte sorprendente y enriquecedor. Aunque no tengas gran cosa que aportar sobre las conversaciones, seguramente se te ocurre algo, o sencillamente, escuches.

El psicomago chileno Alejandro Jodorowsky, a quien tuve el placer de conocer en 2017 en un taller social colectivo en el teatro principal de Alicante, consiguió poner a todo el mundo en pie para llevar a cabo un ejercicio que me pareció revelador: Resume tu vida en cinco minutos y cuéntasela a la persona que tienes sentada a tu derecha, después resume tu vida en tres minutos y se la cuentas a la persona que está sentada a tu izquierda. Finalmente, resume tu vida en un minuto y se la cuentas a la persona que tienes sentada detrás. Os podéis imaginar el revuelo que se armó con aquellas tareas. Lo más interesante era la narrativa que contabas de tu propia vida, ¿qué era lo importante, qué no lo era, se puede contar todo lo que te ha acontecido en toda una vida en un minuto? Todavía recuerdo aquello con sorpresa porque nunca me había enfrentado a algo semejante.

Y así, en verano especialmente, no hay nada como compartir un habitáculo de coche ajeno con varias personas que te hablan sobre sus vidas sucintamente, comprimiendo sus ilusiones, escuchando en voz alta sus expectativas, orgullosos de sus trayectos. A veces es bueno que sea difícil la conexión por tren o carretera porque así te ves obligada a esta experiencia que hace que los viajes sigan siendo, como en los mejores libros de aventuras, encuentros inolvidables.

Soy muy fan de algunas Apps, y de esta ya, ¡ni te cuento!



Monday 14 August 2023

CUANDO DECIDES NO IR A LA FIESTA

Estuvimos el miércoles pasado en el cine viendo Oppenheimer (Christopher Nolan, 2023). He decidido dedicarle la reseña de la película a la científica Lise Meitner, la “madre de la bomba atómica” ya que Hollywood se olvidó de ella al hablar del “padre de la bomba atómica”. Me parece que este olvido es la excusa perfecta para conocerla mejor.

La peli está muy bien. El director de Interstellar (2014) o de Dunkerque (2017) se esmera en la factura impecable de productos visualmente extraordinarios, con un preciosismo elaborado y amor por el detalle como solamente saben hacerlo los ingleses. La película, aun siendo muy larga, es ágil. A pesar de las explosiones y en plena ola de calor ¡pasé frío en la sala de cine!, disfruté de la interpretación del actor irlandés Cillian Murphy (Peaky Blinders) que resulta muy convincente en el personaje del físico teórico estadounidense Robert Oppenheimer.

Uno de los personajes que más me llamó la atención fue el de Kitty Oppenheimer: bióloga y botánica estadounidense de origen alemán que es interpretada por Emily Blunt. Katherine (Kitty, de soltera Puening) se enroló junto a su entonces marido Joe Dallet en el batallón Mackenzie-Papineau de voluntarios estadounidenses y canadienses de las Brigadas Internacionales. Se quedó viuda muy pronto. El gobierno McCarthy no olvidó fácilmente su pertenencia al partido comunista norteamericano. Me gustó mucho oir hablar de "marchar a España para ayudar a la República".

Llama la atención la relación que hay entre Robert y ella porque se apoyan a pesar de sus muchas diferencias, aunque en tres horas es difícil entender la naturaleza de una relación tan compleja cuando tampoco es ese el tema que trata la película.

¿Por qué prefiero hablar de Lise Meitner? Porque fue ella la científica que descubrió la fisión nuclear. Pero hay algo más: Robert Oppenheimer fue el padre “arrepentido” de la bomba atómica mientras que Lise Meitner rehusó participar en el proyecto Manhattan por ser objetora convencida desde el primer momento. Creo que merece la pena deternernos a pensar en la integridad de esta investigadora a la que se denegó injustamente un Premio Nobel de Física y Química tras ser nominada más de 48 veces. Otto Hahn, el físico con el que colaboró durante más de treinta años, sí que lo recibió. Y no ahondo en las razones.

Esta película hubiese sido una ocasión para visibilizar a Meitner, su pasión y dedicación como investigadora en el contexto de la gran participación femenina en el Proyecto Manhattan que también se ignora. De todas formas, no necesitaba muchos halagos para seguir siendo ella misma. Era feliz investigando y también en su puesto de profesora en Berlín, por eso he elegido una imagen de 1957 junto a unas alumnas para ilustrar este post. Hubiese estado bien reconocerle su lugar en su época (y ahora, también). En 1997 el elemento 109 de la tabla periódica fue nombrado como ella: meitneiro (Mt).

Lise Meitner fue una mujer que, como dice su epitafio, nunca perdió su humanidad. Muy inteligente no solo para la ciencia: consciente de cosas que no eran en absoluto justas, siguió en su lugar impertérrita. Admirable.



Fingiré que no te has ido

  FINGIRÉ QUE NO TE HAS IDO Cuando me levante de madrugada buscando sacudir algún miedo que quedó enredado entre las sábanas. Cuando el...