El municipio de Peñas de San Pedro se encuentra a 32 km de Albacete capital, en la Sierra de Alcaraz. En 2024 tiene casi 1500 habitantes que se apodan “peñeros” y “peñeras” y que acuden de romería cada primer domingo de mayo al santuario en la aldea del Sahúco a llevar al Cristo. Esta tradición es importante para la situación que os quiero contar. También quiero destacar la gran cantidad de viviendas señoriales características, con cancela, que se han conservado en el pueblo. Están en muy buen estado, algunas de ellas con ricos detalles de decoración y trabajo en forja. Estos datos nos indican que existe una tradición de familias adineradas en el pueblo que cuidan de sus viviendas y que a la gente del lugar les gusta salir de romería.
Los orígenes de este municipio son antiquísimos. De hecho, existen dos vasijas de la Edad del Bronce en el Museo Arqueológico de Albacete que se encontraron allí. La historia moderna de Peñas de San Pedro comienza con su castillo-fortaleza del siglo XIX y llega hasta una repoblación importantísima que hubo en la década de los setenta, consecuencia de la construcción del túnel del Talave, una obra pública perteneciente al acueducto Tajo-Segura que hizo que la situación económica de la localidad mejorara sensiblemente.
La historia que os voy a contar no figura en la Wikipedia, es posterior a todo lo que os estoy contando y, sin embargo, es una memoria reciente muy importante para el pueblo. Durante la guerra civil, a principios del mes de agosto de 1936, llegó un joven sacerdote alicantino (nació en Sax) como nuevo párroco al pueblo. El día 24 de agosto fue detenido en el cuartel de la Guardia Civil de Peñas de San Pedro y asesinado junto a varios seglares. Fue el último en morir, dio la absolución a todos los demás y murió diciendo “Perdónalos, Señor, como yo los perdono.”
El 6 de noviembre se celebra la fiesta de los 498 mártires beatos de la persecución religiosa en España durante la guerra civil. El Papa Juan XXIII, en reconocimiento a la inocencia (martirio por odio de Fe) de todos estos mártires, les concedió ser beatificados. Se olvida así que la iglesia formó parte de un gobierno ilegalmente constituido. Parece que se entiende que estos mártires buscaban la paz (y la concordia, te dirían algunos) en España. No es lo mismo morir asesinado por la fe en Jesucristo (un crimen) que hacerlo por creer en la República.
Actualmente, en la base de datos de Víctimas de la dictadura en Castilla-La Mancha, figuran 118 represaliados naturales de Peñas de San Pedro, ocho eran mujeres. La mayoría fueron encarcelados en la Prisión Central de Chinchilla, entre ellos se encontraba el alcalde y presidente del Frente Popular, Juan Sánchez Felipe, y los alcaldes republicanos, Eleuterio Martínez Picazo y Valeriano Cózar Bermúdez. Murieron en prisión tres personas y otras 17 fallecieron en cumplimiento de sentencia.
Mi abuelo Francisco García Delgado, Consejero Presidente de la Administración de la Casa del Pueblo de Albacete desde octubre de 1936, fue fusilado en las tapias del cementerio el 14 de marzo de 1941 junto a un peñero: Hipólito Martínez Montejano, de 25 años, casi la misma edad que el beato Rigoberto.
Toda esta historia del pueblo es importante conocerla para que realmente sea una historia completa. Muchos peñeros y peñeras en el año 2024 acuden a la romería del beato Rigoberto, que es algo que está muy bien. Algunos de ellos, sin embargo, olvidaron durante mucho tiempo que son nietos o biznietos de represaliados y no recuerdan a sus muertos. Ojalá sientan un mordisquito en el corazón cuando lean esto. La verdad de la historia ha de contarse entera.
Existe algo peor que la ignorancia a secas, y es la ignorancia histórica.
Para todos los que queráis saber más datos sobre esta memoria de Peñas de San Pedro, os envío aquí