El otoño llega fresco
por las noches sobre todo.
Ya pasado el equinoccio
debe cesar mi acomodo.
Luna de sangre la llaman
porque se espera la caza.
Ilusión de luna inmensa
redonda como naranja.
Voy en busca de ilusiones
para pasar el invierno
a lomos de un caballito
que galopa y habla tierno.
Me cuenta que llueve fino
en el balcón de mi casa.
Los árboles han cedido,
las aves guardan sus alas.
Aguanta mientras me inclino
y suave acaricia mi alma,
sin que tropiece en mi ensueño
me posa sobre la cama.
-- Lola Alemany
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