El estadio de San Mamés hasta la bandera rindió anoche tributo a mi hermana pequeña. Quedaron los versos suspendidos en el salón de casa mientras estallaban los fuegos artificiales en la medianoche alicantina. En una semana, comienza la plantà, la coca i les bacores. La festa ja está aquí. En diez días, el verano.
Contaba con esta alegría tan deseada, pero ahora que está cercana, tengo miedo de que el júbilo me haga sentir triste y fuera de lugar. ¡Ella no estará para celebrar el verano del final de la pandemia! Y la traigo con esos versos que se quedan suspendidos en el aire del final de la primavera de su vida. Esperando madurar, esperando otros momentos, se marchó.
Después de un invierno malo, una mala primavera. Eso ocurrió, eso te ocurrió, eso nos ocurrió durante estos dos largos años.
Dime por qué estás buscando, me preguntas, una lágrima en la arena. Porque durante el verano despiertas en mi recuerdo, completa, de nuevo, después de estos más de dos años de inviernos malos y de malas primaveras.
El estadio de San Mamés a reventar, entregado a tí, a tu recuerdo, a mi memoria.
Dime por qué estás buscando una lágrima en la arena.
Quiero repetir esa letanía con toda esa gente entre la que te encuentras tarareando al cielo esa misma canción en otro mismo lugar.
Yo la canto en silencio mientras sigo buscando una lágrima en la arena.
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